Kenya Cuevas, en camino a la TRANSformación
Por: Karen Rubí Sánchez Hernández,
estudiante de intercambio de la UNAM
La activista por los derechos de las mujeres trans Kenya Cuevas, presenta documental en la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales en Ensenada, ante más de 200 estudiantes, el martes 29 de agosto del 2023.
“Nuestra mayor venganza es ser felices”, es el mantra que acompaña a la activista trans Kenya Cuevas en la lucha que ha peleado incansablemente desde la injusticia cometida en contra de su amiga Paola Buenrostro, trabajadora sexual transgénero asesinada en septiembre de 2016.
Entre el dolor y la rabia de saber libre al responsable, Kenya se convirtió en una revolucionaria que contiende por la visibilización de los derechos y vela en pro de dignificar la vida de sus hermanas; para que nadie vuelva a ser víctima de un acto tan atroz ni sufra de violencia bajo ningún contexto.
La labor que ha hecho es admirable, pues subsiste en el entorno de un país transfeminicida, homófobo y discriminatorio; con una sociedad que aún vulnera, amenaza y reprime los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+. Kenya convirtió su llanto en valentía y se forjó en la resistencia. Gracias a ello, se abrió paso en un nuevo sendero que sin plan específico en un principio, tomó forma con el tiempo e hizo camino al andar.
Marchar con un féretro en una de las vialidades más importantes de la Ciudad de México fue la acción que posibilitó el enlace con las autoridades capitalinas, y con ello, el logro de la tipificación del delito de transfeminicidio. La fundación Casa de las Muñecas Tiresias A.C, y el primer albergue Casa Hogar Paola Buenrostro son el homenaje a la memoria de su amiga, pero también son la reiteración de la batalla que se impugna. Más allá de ser asociaciones, significan un refugio para las mujeres trans porque les abren la puerta de un hogar para recordarles que no están solas, que hay alguien que cree en sus sueños, que motiva a las que los han perdido y que les brinda acompañamiento para alcanzarlos.
Es importante que se visibilice a la comunidad trans para trabajar por la garantía de sus derechos. El reconocimiento y, desde luego el respeto hacia estas minorías, asegura el acceso a aspectos que son fundamentales en la vida de cualquier ser humano: -pero que para estas personas es casi imposible de alcanzar- educación, vivienda, servicios de salud, participación en la vida pública, seguridad y empleo, etc. Sin embargo, también es imprescindible una nueva regulación de políticas que promuevan la igualdad, la no discriminación y la comprensión de sus propias necesidades para adaptarlas a ellas.
El seguimiento y aprobación de esto sería beneficioso para la sociedad, pues las mujeres y hombres trans tienen mucho que ofrecer para desarrollar personal, profesional y laboralmente en la esfera social. Además, permitiría desafiar los estereotipos y prejuicios que por muchos años se han tenido arraigados, los cuales no permiten avanzar ni dar paso a la deconstrucción individual y colectiva.