Aprueban proyecto de la académica Paola Ovalle en la convocatoria de Investigación Humanística 2025
El proyecto de investigación titulado “Biofilia ante el exterminio. Siembras por la paz en fosas clandestinas” de la doctora Lilian Paola Ovalle académica de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales (FCAyS) fue aprobado en la convocatoria de Investigación Humanística 2025 de la Secretaría de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Investigación (SEHCITI).
El objetivo de la investigación es analizar el impacto de experiencias biofílicas en lugares que han sido espacios de exterminio como fosas clandestinas o lugares donde se han generado mecanismos para la desaparición de los cuerpos; específicamente busca explorar los sentidos (de resistencia, reparación, amor, cuidado de la vida y otros) que le otorgan los colectivos de víctimas a las experiencias biofílicas activadas en tres lugares de memoria prematura de Baja California, y también implementar, evaluar y sistematizar experiencias inmersivas en tres lugares de memoria prematura de Baja California, con niños, niñas y adolescentes en contextos vulnerables al reclutamiento del crimen organizado.
Este proyecto surge del concepto de biofilia que es el amor a la vida, a la naturaleza, es decir, de cómo estos espacios que han sido utilizados para la destrucción o crímenes se pueden utilizar ahora para activar el concepto de biofilia, menciona la doctora Ovalle que “la humanidad tiene la capacidad para generar ese contacto o preocupación por el cuidado de la vida ya sea por la solidaridad, por la cooperación; esto de acuerdo con todas estas teorías que consideran que lo que nos hace humanos no es la competencia o la violencia sino la colaboración, la cooperación, el apoyo mutuo”.
Sin embargo el antecedente de este proyecto empezó hace más de 10 años, en el 2013, cuando la doctora Ovalle empezó hacer acompañamiento al lugar y a la comunidad que vive alrededor del predio donde operaba el criminal Santiago Meza alias "el pozolero” en la ciudad de Tijuana, a ese lugar se le identificó como el primer campo de exterminio en México. Desde entonces la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) por medio de trabajos de investigación ha estado acompañando este espacio y los procesos que han llevado acabo los familiares de víctimas de desaparecidos para dignificar este lugar y convertirlo en un espacio de memoria, de exigencia, de no repetición, de justicia. Puntualizó que conforme fue investigando y acompañando a familiares de víctimas de desaparecidos y de violencias extremas como masacres en México, se dio cuenta que siempre existía la idea de relación con las plantas, con el crear un jardín de la memoria o tener un árbol de la esperanza o siembra por la paz “eran ideas que se repetían en los espacios que estuve acompañando por varios años, de ahí surge este interés”.
Señaló que siempre se ve a la violencia y la paz como dos problemas que son dicotómicos, un tiempo de violencia y un tiempo de paz, y lo que trata de hacer con este trabajo es que toda esa energía por cuidar la vida y por pacificar el territorio puede estar conviviendo con el horror, “que es lo que nos muestran los familiares de las víctimas en México. En medio del horror salen a buscar a sus seres queridos en fosas, entre ellos mismos hacen el trabajo que debería estar haciendo el estado”.
Este proyecto se está trabajando en distintos lugares del Estado de Baja California con el apoyo de la UABC, en Mexicali hay un jardín por la memoria y un árbol de la esperanza; en Ensenada hay un árbol de la esperanza y un jardín de la memoria en el parque Revolución y en Tijuana un jardín de la memoria en la Gallera, predio antes mencionado.
Jardín de la Memoria, Mexicali, B.C.
Árbol de la esperanza, Ensenada, B.C.
La gallera, Tijuana, B. C.
Ovalle compartió que básicamente es un proyecto piloto que tiene varias aristas donde uno de los objetivos es trabajar con población de niñas, niños y adolescentes que están en diferentes territorios de alto riesgo de ser cooptados o reclutados por el crimen organizado “se busca hacer un proyecto piloto con maestros que están enfrentando en las aulas todo esta problemática, se han trabajado otras formas de ayudar a través del arte, el deporte, en este caso es explorar las posibilidades de la biofilia, del cuidado, de la siembra y de la contemplación de las plantas y la naturaleza para contrarrestar la destrucción, la violencia y sobre todo el riesgo de los niñas, niños y adolescentes de ser reclutados por el crimen organizado”. Se espera tener como producto, a partir de este estudio piloto, algunas buenas prácticas, un manual de intervención con la población que esté en riesgo como una estrategia de prevención, entre otros.
Gran parte del recurso obtenido con este programa estará destinado a becarios y a formar estudiantes en estos procesos de intervención, cabe mencionar que muchas de las actividades realizadas desde el 2013 han sido por estudiantes de la UABC, y compartió que una de las primeras actividades que hicieron, fue llenar la “cocina” del predio con fichas de búsqueda de personas desaparecidas. Ovalle resaltó que los proyectos que realiza son siempre colaborativos con los familiares de las víctimas, con los estudiantes ya sea de licenciatura y próximamente de posgrado, con la comunidad académica y los distintos cuerpos académicos. En este proyecto “los estudiantes van a tener la oportunidad de conocer estas comunidades o poblaciones que están en la periferia y en mayor riesgos, pero también convivir con la comunidad de los familiares desaparecidos de quienes tenemos mucho que aprender desde la academia”.
FORMACIÓN
Es docente-investigadora de tiempo completo, en la FCAyS. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras Nivel 1. Pertenece a la Asamblea Consultiva y a la Junta de Gobierno del Consejo Nacional para prevenir y erradicar la Discriminación (CONAPRED). Es especialista en el análisis de la narcocultura. Estudiosa del daño social causado por las políticas antidrogas y de la discriminación a la población usuaria de drogas . Actualmente estudia procesos de memoria de la narcoviolencia y experiencias comunitarias de pacificación y cuidado de la vida gestionadas por colectivos de víctimas en México.Su labor profesional integra la docencia, los proyectos de investigación y la divulgación de la Ciencia. Es autora de varios libros como: “Memoria Prematura. Una década de guerra en México y la conmemoración de las víctimas” (2019), “RECO. Arte comunitario en un lugar de memoria” (2018), “Engordar la vena. Discursos y prácticas de los usuarios de drogas inyectables” (2009), “Sanar la Tierra” (2024) y “Entre la indiferencia y la satanización. Representaciones sociales del narcotráfico” (2007), entre otros.